7/2/09

PRUEBA 03: o cómo trabaja realmente Corben

Tuve la gran suerte de poderme encontrar con un original de Corben escaneado a color, aunque se trataba de una ilustración en blanco y negro. Ya antes había oído hablar de los materiales que solía utilizar para este tipo de ilustraciones; tinta china, lápiz graso y témpera. A mí siempre me había parecido que utilizaba técnicas muy complejas como óleo o aerógrafo, y que el resultado era tal cual, en color, lo que de plano me echaba para atrás siquiera para intentarlo. Y de hecho algunas portadas, y sus propios cuadros están trabajados al óleo. Pero el acabado que siempre me llamó la atención y que buscaba reproducir era el que emplea en la mayoría de las páginas de PILGOR, no el de las primeras, si trabajadas íntegramente en color. Era ese aspecto en el que la mano y el pincel desaparecen, y la imagen tiene ese destello de lo real que hace que te preguntes “¿pero cómo ha hecho esto?”, y ayuda a que te introduzcas más en la historia, lo que quería conseguir.


Se trata de esta página de “Los viajes de Simbad” donde, gracias a su reproducción en color se puede apreciar qué es cada cosa; qué es lápiz, qué es témpera, qué es tinta china, y qué no es nada de nada, solo papel amarillento.




Lápiz graso
Tinta china
Aguada de tinta
Grises con témpera
Blanco de témpera


Reproduje la escena lo mejor que pude.

Y le apliqué color por medio de 3 capas; una contenía todo el color (propiedades: normal/80%), en otra el mismo dibujo subido de contraste y virado al magenta (propiedades: multiplicar/100%), y una última donde solo se aplicaría color a las zonas que necesitasen algo de luz (propiedades: normal/40%)


Por fin me había topado con el auténtico y original “estilo Corben”. Y pude realizar algunas ilustraciones que le rendían un sincero homenaje.



Pero sólo el maestro conoce el camino, la manera de hacer. Y aunque ya tenía todos los materiales, el modo de aplicarlos, el momento justo de saber cuándo hay que parar y dónde sería necesario continuar sólo lo conoce el maestro, que ya ha recorrido muchas veces ese camino.
Por eso lo probé en múltiples ocasiones, y repetí esa manera de hacer.



Y la conclusión que deduje fue que, como experiencia, había sido muy enriquecedora, que el señor Corben es un tipo de lo más meticuloso, que cada detalle de su obra cuenta, y que son esos detalles no solo los que dan calidad a su obra sino credibilidad a lo que cuenta.

Y el hecho de que como yo no soy Corben, no tengo esa visión, ni esa paciencia para dejar las cosas como deberían de quedar, consiguiendo solo resultados desiguales, que, sin necesidad de estar mal, no captaban esa atmósfera de irrealidad tan presente en la obra de Corben, que era en definitiva lo que más me interesaba reproducir.

Dedicaba demasiado tiempo a ilustraciones que al final no me satisfacía su resultado. El aspecto de la témpera me resultaba demasiado evidente. Quería conseguir que la mano desapareciese del dibujo para que se produjera la ilusión. En definitiva, ya conocía el método Corben, ahora necesitaba encontrar un método propio con el que me sintiese cómodo, pudiese trabajar rápido, e hiciese en la medida de lo posible que desapareciera la huella del pincel, teniendo presente los logros que ya había conseguido el maestro y marcándolos como metas.

2 comentarios:

  1. El color del genio te ha quedado estupendo.

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  2. el color está bien, solo te recomiendo desturar un poquito los colores. Grande corben!

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