19/2/09

PRUEBA 04: EUREKA

Buscando acomodarme a esa manera particular del estilo Corben, o a lo que para mí era y no conseguía ver, aunque ya hubiese dado con la manera real de reproducirlo, busqué un método distinto.

Lo que más me fascinaba del estilo Corben era que por momentos la mano del artista parecía desaparecer. No había rastro ninguno de herramienta (pincel, lápiz, pluma…), parecía que hubiese plantado una cámara allí mismo y tomado una fotografía.

A mí me resultaba muy difícil no terminar viendo esas huellas en mi trabajo; las marcas de la témpera que no terminaba de difuminarse, los surcos del pincel, el grano del lápiz… No tengo nada en contra de todos estos aspectos. Es más, son realmente estéticos, con vida propia, muy expresivos, elementos que no dudo en utilizar… pero no los quería presentes si lo que buscaba era reproducir lo que me parecía debía de ser su estilo.

Por ello tuve que fijarme más detenidamente en sus viñetas y láminas. Si lo que quería era que desapareciese esa huella de herramienta debía recurrir al agua y la aguada. El agua, gracias a la capilaridad del papel, permite que las degradaciones sean más fluidas y naturales, y la ilustración quede mejor integrada, sin grandes cortes entre una pincelada y otra, siempre que el papel esté bastante humedecido.

Es un método que me resulta cómodo. Solo trabajas con un tono y el blanco del papel, aunque posteriormente tengas que añadir blanco para ciertos retoques.

Por ello volví la vista hacia el maestro y probé mi nuevo método con una de sus viñetas, en concreto extraída de MUNDO MUTANTE, una de mis obras favoritas. Como ya he comentado, comencé humedeciendo antes las partes del dibujo donde iba a pintar, y trabajando directamente con témpera negra, también bastante humedecida, creando así un gris medio. Gracias a que el papel estaba humedecido podía incluso lavar partes trabajadas con la témpera si veía que la carga de negro o gris había sido excesiva.


Una vez concluido el dibujo pasé a aplicar el color con un método bastante similar a los descritos en las otras PRUEBAS. Una capa con el color base (propiedades: Normal 80%), una capa con el mismo dibujo copiado pero subido de contraste y virado al sepia (propiedades: Multiplicar 100%), una capa con color para corregir las partes más contrastadas (propiedades: Normal 40%). Por ahora bastante similar a los métodos anteriormente descritos.

La novedad radica en que el dibujo todavía necesitaba algo de fuerza para alcanzar la vivacidad del original, sobre todo acentuar más la tridimensionalidad del original, y eso con un dibujo en dos dimensiones solo se puede conseguir con luces y sombras. Para ello empleé una capa con la propiedad de Luz suave, que acentúa tanto las zonas claras como las oscuras.


Así el dibujo podría valer, pero estábamos copiando y aprendiendo del original. Una cosa que Corben hace muy bien es crear atmósferas y ambientes, y como si de una escenografía se tratase busca la manera de situar el foco e iluminarla. Para recrear ese juego de luces coloreadas que tiene la escena en particular utilicé dos capas con la propiedad Multiplicar para el color de cada foco.

El aspecto de mi Dimento es un poco mirada acero azul de Zoolander, pero bueno. Aun así no me pude resistir a incluirlo en la página original, a ver si daba el pego, y me di cuenta de que por fin había dado con un estilo en el que podía trabajar rápido sin divagar ni titubear, cuyos resultados me acercaban a la impresión que tenía del Corben que siempre me había gustado.

7/2/09

PRUEBA 03: o cómo trabaja realmente Corben

Tuve la gran suerte de poderme encontrar con un original de Corben escaneado a color, aunque se trataba de una ilustración en blanco y negro. Ya antes había oído hablar de los materiales que solía utilizar para este tipo de ilustraciones; tinta china, lápiz graso y témpera. A mí siempre me había parecido que utilizaba técnicas muy complejas como óleo o aerógrafo, y que el resultado era tal cual, en color, lo que de plano me echaba para atrás siquiera para intentarlo. Y de hecho algunas portadas, y sus propios cuadros están trabajados al óleo. Pero el acabado que siempre me llamó la atención y que buscaba reproducir era el que emplea en la mayoría de las páginas de PILGOR, no el de las primeras, si trabajadas íntegramente en color. Era ese aspecto en el que la mano y el pincel desaparecen, y la imagen tiene ese destello de lo real que hace que te preguntes “¿pero cómo ha hecho esto?”, y ayuda a que te introduzcas más en la historia, lo que quería conseguir.


Se trata de esta página de “Los viajes de Simbad” donde, gracias a su reproducción en color se puede apreciar qué es cada cosa; qué es lápiz, qué es témpera, qué es tinta china, y qué no es nada de nada, solo papel amarillento.




Lápiz graso
Tinta china
Aguada de tinta
Grises con témpera
Blanco de témpera


Reproduje la escena lo mejor que pude.

Y le apliqué color por medio de 3 capas; una contenía todo el color (propiedades: normal/80%), en otra el mismo dibujo subido de contraste y virado al magenta (propiedades: multiplicar/100%), y una última donde solo se aplicaría color a las zonas que necesitasen algo de luz (propiedades: normal/40%)


Por fin me había topado con el auténtico y original “estilo Corben”. Y pude realizar algunas ilustraciones que le rendían un sincero homenaje.



Pero sólo el maestro conoce el camino, la manera de hacer. Y aunque ya tenía todos los materiales, el modo de aplicarlos, el momento justo de saber cuándo hay que parar y dónde sería necesario continuar sólo lo conoce el maestro, que ya ha recorrido muchas veces ese camino.
Por eso lo probé en múltiples ocasiones, y repetí esa manera de hacer.



Y la conclusión que deduje fue que, como experiencia, había sido muy enriquecedora, que el señor Corben es un tipo de lo más meticuloso, que cada detalle de su obra cuenta, y que son esos detalles no solo los que dan calidad a su obra sino credibilidad a lo que cuenta.

Y el hecho de que como yo no soy Corben, no tengo esa visión, ni esa paciencia para dejar las cosas como deberían de quedar, consiguiendo solo resultados desiguales, que, sin necesidad de estar mal, no captaban esa atmósfera de irrealidad tan presente en la obra de Corben, que era en definitiva lo que más me interesaba reproducir.

Dedicaba demasiado tiempo a ilustraciones que al final no me satisfacía su resultado. El aspecto de la témpera me resultaba demasiado evidente. Quería conseguir que la mano desapareciese del dibujo para que se produjera la ilusión. En definitiva, ya conocía el método Corben, ahora necesitaba encontrar un método propio con el que me sintiese cómodo, pudiese trabajar rápido, e hiciese en la medida de lo posible que desapareciera la huella del pincel, teniendo presente los logros que ya había conseguido el maestro y marcándolos como metas.

6/2/09

Algunas muestras

Algunos dibujos realizados por medio del método descrito en "PRUEBA02".